

"El artista se concentra en la configuración espiritual del hombre y debe poner sus facultades creadoras al servicio del desarrollo dando como resultado de su creciente madurez artística, su respuesta a las necesidades candentes de la vida.
Sería ingenuo pensar que el combate por la libre creación es el único sentido al que se refieren las obras; y que en ello estriba su suerte y la del arte.
El pintor, el compositor, escritor, etc. por más defraudados que se sientan, no deben buscar en su arte un refugio para preservarse, sino y por el contrario, utilizarlo como medio de expresar su sentir contribuyendo, también, a la formación ética y estética de los individuos".
TEXTO: REVISTA "El Ojo del Río" Nº3
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