sábado, 13 de octubre de 2007

La Escultura Barroca en España





El siglo XVII es el gran siglo de la escultura barroca española, que presenta características propias diferentes del resto de Europa.
Los escultores españoles emplean para sus imágenes la madera policromada y mediante la encarnación y el estofado logran sosprendentes efectos de visión realista propia de la plástica barroca española. El espíritu que anima estas imágenes es el profundo sentimiento religioso del pueblo español. Estas imágenes religiosas son para iglesias, retablos, conventos y para los pasos de Semana Santa, en ellas la expresión se concentra en los rostros,en la mirada acentuando su realismo con ojos y lágrimas de cristal. Para las procesiones son comunes las imágenes de vestir, la talla se reduce a la cabeza y brazos, el resto del cuerpo se cubre con ricos mantos, se las llama imágenes de candelero.La escultura profana es casi nula en este siglo.
En forma generalizada se distingue en su evolución un realismo que va acentúandose en un lento pietismo hasta llegar a las acentradas y apasionadas composiciones de fin de siglo.
Dos focos fundamentales se predominan a principios de siglo: Valladolid y Sevilla, mas tarde se suma Madrid y Málaga.
Representante de la escuela de Castilla es la gran figura de Gregorio Fernandez (1576/1636), activo desde 1605 en Valladolid su impronta radica en el dramático realismo de sus representaciones. Su primer obra conocida es Cristo Yacente, tema que ha de repetir con frecuencia. Juan Martín de Montañes (1568/1649) es el escultor representativo de la escuela Sevillana, es un espíritu diferente más calmo y equilibrado, pero barroco en cuanto se atiene a la realidad alcanzando hondo dramatismo.

imagen: "cristo yacente" de Gregorio Fernández.

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